Cultivo de la Cebolla

Recomendaciones técnicas para la producción de cebolla


El cultivo de la cebolla se remonta a la antigüedad. Se ha encontrado con frecuencia en sarcófagos egipcios, quienes le atribuían propiedades místicas. Se señala su origen en el suroeste asiático y su llegada a la América, al igual que otras hortalizas oriundas del viejo mundo, se debió a las campañas de colonización.
 
 


BOTÁNICA


Es una planta bulbosa perteneciente a la familia Alliaceae a la cual pertenecen otras especies hortícolas. Su nombre científico es Allium cepa, y a este género pertenecen el ajo, (Allium sativum), ajo porro (Allium porrum), cebolla en rama (Allium schoenoprassum) y cebollín (Allium fistulosum).
Es una planta herbácea formada por hojas largas de consistencia delicada y aspecto ceroso. Las hojas más viejas cubren a las más nuevas. 
La parte comercial es un bulbo tunicado grande y simple, formado por el engrosamiento y acumulación de carbohidratos en la base de las hojas, las cuales se superponen unas con otras en forma concéntrica; presenta un sistema radical bastante superficial y fribroso. Forma, durante su desarrollo, un número considerable de raicillas, lo que permite una exploración de suelo en dirección horizontal, pero sin profundizar demasiado, por lo que su mayor porcentaje de raíces se encuentran en los primeros 20 cm del suelo.

Factores de Producción


Temperatura
La temperatura juega un papel muy importante para la bulbificación de la cebolla. Las temperaturas bajas (10 a 12°C), pueden provocar florecimiento precoz sin la formación del bulbo; una temperatura elevada, durante todo el ciclo, acarrea maduración más rápida, menor producción y bulbos de menor tamaño (bulbos dobles).


Duración del día (Fotoperíodo)
La cebolla es un cultivo muy sensible a la duración del día; es así como observamos, que, en nuestras condiciones tropicales, donde la cantidad de horas/luz/día, tiene un máximo de 12 horas, 45 minutos (junio) y un mínimo de 11 horas, 30 minutos (diciembre), representa un factor de gran importancia al momento de seleccionar la variedad a sembrar, siendo las variedades “días cortos” las adaptadas a nuestras condiciones y las que logran una bulbificación normal. Cuando se siembran variedades de “días largos” en nuestras condiciones, no hay formación del bulbo y sólo se logra la formación de follaje.


Cultivares
La preferencia del mercado sobre determinadas clases de cebolla, según su color y sabor, condiciona el tipo de cebolla a ser sembrada. Así tenemos el caso de Centro América, donde son populares las cebollas amarillas y rojas; en el Caribe y Perú, se prefieren las variedades de sabor fuerte como son las de color rojo. Entre los productores venezolanos existe el convencimiento de que el éxito de una buena producción de cebolla depende, en gran medida, de la selección del cultivar con buena adaptación a su localidad y a la época de siembra (duración del día, temperatura y otros factores).


En las zonas cebolleras del país se utilizan las variedades de días cortos; sin embargo, es importante tener en cuenta que dentro de este grupo existen variaciones en su comportamiento de acuerdo con la época de siembra y la localidad. En el país, en promedio, entre los días mas cortos y los mas largos hay una diferencia de una hora y 15 minutos, que en conjunto con la temperatura afecta el desempeño de un determinado cultivar.
Es muy importante para las instituciones involucradas en la investigación y extensión agrícola mantener un programa continuo de evaluación y selección de cultivares con buena adaptación en las principales áreas productoras, buen rendimiento, forma de bulbo apetecido por el mercado con resistencia o tolerancia a plagas y buena capacidad para el almacenaje. Los cultivares con buen desempeño en el país son : Texas Early Grano 502, Texas Grano 438, Cimarrón, Henry Special, Americana, Linda Vista, Canaria Dulce, Utopía, Red Creole Lara, Encino, Grano 429, Pegasus, Tropicana, Red Burgundy.

Siembra
Tipos: el cultivo puede ser explotado bajo tres sistemas de siembra: directa, trasplante y por bulbo.


Siembra directa: es una forma poco usual en la explotación cebollera nacional. No así en otros países como Estados Unidos, México y Europa. Constituye una alternativa de explotación con alta tecnología.


Siembra de trasplante: es la más usada en el país e involucra la formación de los llamados semilleros de “poceta”.


Siembra por bulbo: usada principalmente hacía la zona montañosa de los estados Lara y Táchira. Se usan bulbos de cebolla para la siembra (chuzos). Cada bulbo sembrado produce de cuatro a seis hijos. La cebolla producida es de baja calidad comercial.


Semilleros
Es común en las zonas cebolleras del país (Lara y Falcón), el empleo de los llamados semilleros de “poceta”. Es una pequeña depresión del terreno en el cual se coloca la semilla y donde se desarrollará hasta el momento del trasplante, alrededor de los 45 días. El riego de estas estructuras se hace por gravedad para lo cual se forma un conjunto de “pocetas” de 1 m de ancho por 1,5 a 2,0 m de largo, regadas por un surco común. 


El sitio de entrada del agua al semillero está conformado por un pequeño surco, el cual cumple la función de restarle velocidad al agua y permitir que ésta se desplace lentamente hacia el lugar donde se coloca la semilla. Se distingue este semillero por ser una especie de depresión que se forma en el terreno, limitado por unas bordas o pequeños terraplenes de tierra que permiten la contención del agua. Estas bordas tienen alturas variables entre 15 a 20 cm.

Densidad de siembra
Se utilizan 20-25 g/m2 de semillero, que generan plantas vigorosas y de tamaño uniforme para ser llevadas al campo; para trasplantar una hectárea se necesitan de 3,0 a 3,5 kg (250 m2 de semilleros) de semilla, la cual es distribuida al voleo en la plataforma. En caso de suelos con textura fina, se recomienda, previamente a la colocación de la semilla, aplicar este material, evitándose problemas en la germinación. En suelos de textura gruesa o media, no es indispensable aplicar este material.


Riego
Una buena semilla de cebolla inicia su germinación entre los tres y cuatro días después de la siembra, pudiendo variar, dependiendo de la calidad del material. Una buena suplencia de agua es fundamental para el éxito del semillero. La frecuencia de riego va a depender del tipo de suelo y condiciones climáticas.


Fertilización
Una aplicación de estiércol al área de preparación del semillero, permite mejorar las condiciones del suelo, además de suministrar algunos nutrimentos a la planta durante su desarrollo. Igualmente, se debe adicionar un fertilizante químico, como superfosfato triple, 150 g/m2 de semillero o una fórmula completa, rica en fósforo como la 12-24-12, 200 g/m2 de semillero. Este fertilizante cumple una mejor función cuando se incorpora en los primeros 10 cm del suelo, antes de colocar la semilla, que al aplicarlo posteriormente a la germinación de la misma.


Control de malezas
El control de malezas en el semillero es de gran importancia para el buen desarrollo y calidad de las plántulas. Este control, cuando se hace en forma manual, acarrea un gasto significativo en la producción, además de producir maltrato a las pequeñas plantas.
Las plántulas recién germinadas tienen poca capacidad de competencia con las malezas que germinan en las primeras etapas de crecimiento, por lo que es imprescindible realizar un control eficiente de las malas hierbas, bien sea en forma manual o utilizando los siguientes productos (Ronstar 25E, ½ cc/litro de agua en forma preemergente.


Trasplante
Se hace entre los 40-45 días después de la germinación, cuando las plántulas tienen entre 3 y 4 hojas verdaderas (14-18 cm de altura). Antes de iniciar el arranque de las pequeñas plantas se debe hacer un riego copioso a los semilleros con el fin de aflojar la tierra y que haya poca rotura de las raíces. Las plántulas extraídas se unen para formar paquetes de 40 cm y se les recorta 1/3 del follaje para facilitar el manejo durante el proceso del trasplante (Figuras 3 y 18). Es recomendable, hacer una inmersión de los paquetes de plantas en una solución de funguicida e insecticida.


Preparación del terreno
En las zonas cebolleras de la región, la preparación del terreno se realiza con maquinaria agrícola, dándole de uno a dos pases de arado y cuatro pases de rastra cruzada con lo que se logra de pulverización del suelo para luego hacer la nivelación y surcado.
Esta preparación se realiza a manera de lograr la conformación de los llamados canteros o serpentines, característicos de las explotaciones cebolleras. El conjunto de tres a cinco surcos de 3 a 4 m de largo, origina la llamada “madre” o “parcela” que viene a ser una unidad de referencia para la labor de trasplante. Se considera que una hectárea del cultivo está formado de 500 a 600 “madres”.


Forma de siembra
La cebolla se trasplanta a ambos lados del camellón; para ello se realiza un riego de asiento y posteriormente, aún con el surco inundado, se procede a colocar las plantas a ambos lados del camellón. Esta labor se paga con relación al número de “madres” trasplantadas.
La densidad de siembra es variable en la hilera, fluctuando entre 5 a 8 cm entre plantas y 80 cm entre surcos, con lo que se consigue una alta población de plantas. Esta, fluctúa entre 400.000 a 500.000 plantas por hectárea.


Fertilización
El nitrógeno, al igual que el fósforo, es importante para la cebolla a efecto de su conservación y desarrollo del bulbo. Una deficiencia de nitrógeno ocasiona plantas verdes amarillentas de tamaño reducido. El potasio, aún cuando la planta lo extrae en cierta cantidad, la respuesta del cultivo a este elemento no se manifiesta. El azufre es un elemento muy importante para el cultivo y en la mayoría de los casos se aporta en otras fuentes como sulfato de amonio. Las deficiencias de cobre se manifiestan en el bulbo donde la cubierta exterior se torna quebradiza y de color ladrillo. El estiércol, aplicado al suelo en forma incorporada, favorece una mejor estructura del terreno y aporta pequeñas cantidades de elementos nutritivos a la planta.


Un plan de fertilización establece que:
Se debe incorporar el fósforo y potasio al momento de la preparación del suelo al igual que el 30% del nitrógeno. A los 20 y 45 días del trasplante, se aplica el resto del nitrógeno en partes iguales.


Control de malezas
La cebolla es una planta que tiene poco desarrollo foliar (16 hojas a la cosecha). Las mismas, son estrechas y alargadas, por lo que su posibilidad de influir en el desarrollo de malezas (capacidad competitiva) es mínima. De allí, la necesidad de mantener el cultivo libre de plantas indeseables durante los primeros 30-40 días (períodos críticos, cumpliendo los herbicidas una función muy importante)


Riego
La cebolla tiene un sistema radical superficial por que el área de explotación de las raíces es muy reducido. Los riegos deben ser frecuentes, principalmente, durante el establecimiento del cultivo a fin de lograr un buen “pegue”, una humedad satisfactoria estimula la proliferación de nuevas raíces. La irregularidad de los riegos puede ocasionar la formación de bulbos dobles. Una correcta nivelación del terreno favorece la distribución del agua en el surco de la siembra.
 
 

Cosecha
La madurez fisiológica de la cebolla se manifiesta en el momento de doblar su follaje a nivel del cuello; esta sintomatología es indicio para suspender el riego a fin de acelerar su madurez y favorecer el secado de los bulbos. La cosecha se realiza cuando el 70% de la plantación ha doblado el follaje, aunque en muchos casos, ésta se hace dependiendo de los precios del mercado.


Cuando se desea almacenar cebolla, se debe realizar la labor de secado y curado del bulbo, lo cual consiste en promover la pérdida de humedad, a nivel de cubierta exterior del bulbo y en el cuello, permitiendo una mayor conservación durante su estadía en almacenamiento. Este proceso puede realizarse a nivel de campo (dejando la cebolla extendida de dos a tres días a pleno sol) o en un galpón seco y ventilado. 


En ambos casos, se deben dejar las hojas para facilitar la pérdida de humedad por parte del bulbo. Se considera que el desprendimiento fácil de las películas externas del bulbo, cuando se frotan con los dedos, es síntoma de curado y secado eficiente. No se recomienda dejar las cebollas blancas expuestas a la radiación solar, porque toman coloración verdosa que desmejora su valor comercial. En muchos países se emplea una corriente de aire caliente, entre 40 y 48°C, en cuartos acondicionados para este propósito.

La práctica de curado y secado no es común, en el país, porque la cebolla es extraída y ensacada directamente del campo para luego ser transportada y comercializada, Figura 20, ocasionando pérdidas significativas durante el almacenamiento del producto.


TRANSPORTE
La forma de transportar la cebolla se realiza dentro de sacos de capacidad aproximada de 50 a 55 kg. Estos son apilados en camiones para ser llevados a los sitios de recepción o depósitos mayoristas donde se selecciona el producto al pasarlo por una clasificadora que separa bulbos menores de 3 cm de diámetro (producto descartable). La cebolla clasificada se introduce en sacos limpios.


ALMACENAMIENTO
Es importante mencionar que las variedades de días cortos, comúnmente sembradas en el país, tienen poca capacidad de almacenaje como consecuencia del alto contenido de agua y al bajo contenido de sólidos totales que poseen.


Para el almacenamiento de cebolla se requiere cumplir ciertos requisitos fundamentales que permiten su conservación por períodos largos. Así tenemos que:


La cosecha debe realizarse en forma cuidadosa, libre de plagas y enfermedades.
El curado y secado debe ser realizado con el objeto de asegurar la preservación del producto.
Seleccionar el material para descartar bulbos dañados, pequeños y no comerciales.
El período de almacenamiento depende de la variedad utilizada (las amarillas son de menor conservación), temperatura de almacenamiento y humedad relativa del lugar. 


El bulbo después de cosechado mantiene un período de reposo (poco desarrollo de las yemas axilares); este reposo puede ser modificado por la temperatura: entre 10 y 18°C se disminuye el reposo. La humedad relativa debe estar entre 70 y 75% para evitar brotes de raicillas. El uso de productos químicos como la Hidracida Maleica, en dosis de 2,5 kg/ha, aplicada cuando se ha doblado el follaje en 50%, evita el brotamiento en el bulbo. La cebolla puede almacenarse de cuatro a cinco meses en condiciones de 1 a 3°C y humedad relativa entre 70 a 75% pero con una considerable pérdida de peso.
 
COSTOS DE PRODUCCIÓN
Es un cultivo que requiere gran cantidad de mano de obra para las labores de preparación de suelo, trasplante y cosecha.

Plaga y Control
MANEJO INTEGRADO DE INSECTOS Y ÁCAROS PLAGAS EN CEBOLLA
Numerosos insectos plagas y algunos ácaros plagas atacan al cultivo de la cebolla. Los insectos causan daños desde el semillero hasta la cosecha, atacando las yemas terminales, las hojas y los tallos, mientras que los ácaros atacan las hojas. Tradicionalmente el agricultor ha utilizado plaguicidas (insecticidas y acaricidas) para controlarlos, sin embargo, ese control ha sido cada día menos eficiente y más costoso, por lo cual deben utilizarse todos los métodos de control conocidos: cultural, biológico, genético, etológico, químico, etc., en una forma integrada, para que resulten más económicos, permanentes y ambientalmente seguros.

ADVERTENCIA: 
Para aplicar una dosis adecuada de un insecticida o acaricida y así evitar una subdosis o sobredosis del producto, aplique la cantidad recomendada por hectárea o su equivalente. En la práctica divida la dosis del producto comercial entre la cantidad de agua a usar como disolvente. Por ejemplo, si va a aplicar un litro (1000 cc) o un kilogramo (1000 g) de un plaguicida en 400 litros de agua, disuelva 500 cc (g) por pipote de 200 litros, en cambio si usa 600 litros de agua por hectárea, disuelva 333 cc (g) por pipote de 200 litros. 

La eficacia de control de un plaguicida, está muy relacionada con el pH del agua (acidez o alcalinidad) que utilice como disolvente. La mayoría de los plaguicidas actúan eficientemente a pH ligeramente ácido (5 a 6,5) y generalmente las aguas son ligeramente alcalinas. Pregunte al fabricante del plaguicida sobre el pH del agua a usar.

ENFERMEDADES DE LA CEBOLLA Y SU MANEJO


CAUSADAS POR HONGOS
Sancocho. Pythium sp, Rhizoctonia sp, Fusarium sp. 
Síntomas: La enfermedad se presenta a nivel de semillero afectando la germinación de la semilla evitandoocando caída y muerte de la misma; como también, destrucción del sistema radicular y marchitamiento total. 


Manejo: 
• Desinfectar semilleros, taparlos con plástico transparente, previamente humedecidos por un período de 30 días, posteriormente aplicar productos a base del hongo Trichoderma harzianun (Natibol, Tricobiol). También se puede utilizar dazomet (Basamid).
• Por ser hongos habitantes del suelo se debe hacer selección, desinfección y buen manejo de los semilleros (ver semilleros)
• Utilizar semilla con porcentaje de germinación alta (realizar pruebas preliminares) y usar densidad de siembra adecuada. 


Raíz roja. Phoma terrestris (Sin. Pyrenochaeta terrestris). (raiz roja)
Síntomas: Plantas afectadas presentan una marchites en las hojas mas viejas, poco crecimiento y pocas raíces las cuales adquieren una coloración rosada y hasta púrpura. Plántulas provenientes de semilleros infestados, crecen poco, bulbifican precozmente produciendo bulbos muy pequeños. En el estado Lara la mayoría de los suelos están infestados por este hongo. 


NOTA: 

La dosis de los productos serán las recomendadas por sus fabricantes. 
Manejo: 
• Por ser el hongo habitante del suelo se debe hacer una buena selección, desinfección y manejo de los semilleros (ver semilleros).
• Seleccionar cultivares con resistencia a la raíz roja (PRR) tolerantes a la enfermedad. Entre estos últimos materiales se citan Utopía, Encino, Houston, Texas Grano 438 de día corto. Seleccionar el cultivar en base a la época y zona a sembrar.
• Suelos con niveles altos de infestación se debe voltear la capa vegetal con arado de vertedera, dejar en descanso, o rotar con cultivo no susceptible.
• Tratar las plántulas por inmersión con benomyl (Benlate), antes del trasplante. 


Pudrición Basa de los Bulbos. Fusarium oxysporum fe cepae. 


Síntomas: La enfermedad se presenta durante la época de lluvia y se evidencia durante la fase de bulbificación y maduración de cultivo, caracterizada por una marchites de las hojas y posterior muerte de la planta acompañada por la destrucción de raíces y maceración del disco basal del bulbo, el cual se desprende con facilidad del suelo. Ocasionalmente se observa un moho blanquecino que indica la presencia del hongo. La enfermedad también se presenta en bulbos almacenados, provenientes de campos infestados.


Manejo: 
• Desinfectar semilleros (ver semillero) y trasplantar plántulas óptimas.
• En suelos con poco infestación arrancar las plantas y quemarlas, posteriormente realizar aplicaciones de Benomyl en forma dirigida a pie de plantas o en el agua de riego y reducir riegos con el fin de disminuir la humedad del suelo.
• En suelos muy infestados se debe rotar con la siembra de cultivos no pertenecientes a la familia Liliácea.
• Utilizar cultivares resistentes a la enfermedad. (Se indican en los envases de semilla como FBR).


Pudrición blanda. Sclerotium cepivorum. 
Síntomas: Se observa durante la fase de bulbificación del cultivo. Las plantas presentan poco desarrollo, amarillento y muerte de las hojas más viejas, seguida por muerte de la planta y pudrición del bulbo. En zonas frías sobre el bulbo afectado se puede observar un micelio blanquecino indicando la presencia del hongo y pequeñas estructuras negras denominada esclerocios, cuerpos de resistencia y reproducción del hongo.


Manejo: 
• El control de esta enfermedad en suelos infestados es bastante difícil, sólo se puede indicar la rotación con cultivos no pertenecientes al género Allium.
• Lotes con poca infestación, eliminar las plantas enfermas, hacer aplicaciones dirigidas al pie de la planta adyacente de iprodione (Rovral) o procimidona (Sumilex), fecha máxima de aplicación 70 días antes de la cosecha. Evitar siembras en época de mucha precipitación.
• Ir incorporando en forma masiva al hongo Trichoderma harzianum (Tricobiol, Natibol) en el semillero, trasplante y después de los 40 días de edad del cultivo.


Mildiú Lanoso o Cenicilla. Peronospora destructor. 
Síntomas: Los síntomas de la enfermedad se evidencian en tempranas horas de la mañana, en épocas lluviosas y con rocío; se caracteriza por la presencia de un vello de color violeta sobre la superficie de la hoja, tornándose de verde pálido y posteriormente amarillas. 
Generalmente las partes afectadas se desprende con facilidad. La enfermedad comienza en manchones y si las condiciones se mantienen favorables se disemina rápidamente. 
Manejo: 
• Al inicio de la enfermedad hacer aplicaciones a base de mancozeb (Dithane M-45, Kinfung o Triziman) alternado con clorothalonil (Daconil o Bravo 500).
• Aplicaciones con metalaxil+mancozeb (Ridomil), alternado con clorothalonil controla la enfermedad.
• Manejo adecuado de los semilleros, especialmente la densidad, fertilización y el riego. 


Mancha Púrpura. Alternaria porri. 


Síntomas: La enfermedad se puede presentar en condiciones de humedad alta, temperaturas frescas y lluvias esporádica; se caracterizan en su inicio, por pequeñas lesiones blancas deprimidas con centro morado, posteriormente crecen de forma alargada abarcando áreas grandes en la hoja. En el centro se mantiene una coloración morada o púrpura donde se desarrollan las estructuras reproductivas del hongo, generalmente acompaña por el hongo Stemphylium. 


Manejo:
• Aplicar cuando aparecen los primeros síntomas, fungicidas a base mancozeb sólo o mezclado (Dithane M-45, Cuprosan, Cobrethan, Cobinex Forte o Triziman).
• En caso de incidencia altas aplicar azoxystrobin (Amistar) alternado con clorothalonil (Bravo 500 o Daconil).


Quemazón por Estenfilo. Stemphylium sp. 
Síntomas: Después de los 35 días de edad del cultivo, en las hojas más externas o maduras, se presentan, en gran cantidad, lesiones pequeñas blanquecinas redondeadas y en condiciones de alta humedad, coalecen, dando a la hoja un aspecto de quemado, el cual se generaliza al unirse con otras enfermedades foliares que afecten al cultivo. Todo el tejido afectado adquiere un color oscuro, que indica la presencia de gran cantidad de conidios o estructuras reproductivas del hongo.


Manejo:
• Realizar las medidas de control de la quemazón apical (ver desorden fisiológico).
• Después de los 35 días aplicar el manejo de la mancha púrpura. 


CAUSADAS POR BACTERIAS


Bacteriosis de la cebolla. Xantnomonas campestri. 
Síntomas: Los síntomas se observan a partir de los 35 días de edad del cultivo y en las hojas más externas; se caracteriza inicialmente por pequeñas lesiones de color verde oliva que se extienden a lo largo de la hoja, de aspecto acuoso, verde oscuro, ocasionalmente se producen rupturas a lo largo de la lesión. Posteriormente las lesiones se secan y al unirse con la quemazón apical, se presenta un quemado total de la planta. Las condiciones de humedad alta, neblina y precipitación constante favorecen la enfermedad. Si al inicio de la bulbificación del cultivo, las condiciones son favorables, para la enfermedad, pueden producirse pérdidas considerables. 


Manejo: 
• Planificar siembras donde la fase de bulbificación del cultivo no coincida con las condiciones favorable para la enfermedad.
• Desinfectar y dar un manejo adecuado a los semilleros.
• Establecer un plan de fertilización en base a análisis de suelo.
• Mantener poblaciones bajas de insectos-plagas (ver plagas en cebolla).
• Realizar aplicaciones alternas de productos a base de cobre, mancozeb, cobre+mancozeb y kasugamicina.


Pudriciones de bulbos. Pseudomonas sp, Erwinia sp. 


Síntomas: La enfermedad se presenta en poscosecha o en almacenamiento y se caracteriza por diferentes tipos de pudriciones que van desde decoloraciones pardas o verdosas de las catáfilas y maceración internas de los bulbos. También se presentan pudriciones de las catáfilas más externas. Entre las especies asociadas a estos síntomas, se tiene especies de Pseudomonas y Erwinia pertenecientes al grupo Carotovora y no Carotovora. 


Manejo: 
• Controlar enfermedades bacterianas a nivel de campo.
• No realizar cosechas antes de culminar la fase de maduración del cultivo.
• Dar un manejo adecuado al cultivo específicamente en riego y fertilización. 


DESORDEN FISIOLÓGICO


Quemazón apical, agente identificado 
Síntomas: Los síntomas se caracterizan por una necrosis en la hoja, que se inicia en el ápice, desciende en forma gradual hasta afectar entre un 20 y 25% del total de la hoja. 
La presencia de la enfermedad esta muy asociada a lluvias esporádicas y su incidencia se acentúa durante la fase de bulbificación del cultivo, dando a la siembra un aspecto de candelilla. Si el cultivo no ha sido bien manejado pueden produciéndose pérdidas prematuras del follaje, afectando el tamaño del bulbo y el rendimiento del cultivo. 


Además de las condiciones climáticas que favorecen la enfermedad (radiaciones altas, fuertes vientos y lluvias esporádicas), también la asocian a cualquier condición de stress causada por sequía, incidencia de raíz roja, salinidad de los suelos y daños causados por Thrips tabaci. Generalmente sobre las hojas afectadas se desarrolla el hongo Stemphylium botryosum. 

Manejo:
• Incluir en manejo de semilleros (ver semillero) la utilización de fertilizantes orgánicos (lombricompuesto), para trasplantar plantas sanas y de óptimas condiciones.
• Realizar un manejo adecuado a la siembra específicamente en el riego y en la fertilización.
• Hacer aplicaciones suplementarias con fertilizantes foliares.
• Sembrar cultivares resistentes a la raíz roja (se indica en el envase de semilla con las siglas PR. 


Daño de Herbicidas
Síntomas: Se presentan en plantas pequeñas, lesiones blanquecinas deprimidas que causan deformación de la parte afectada. Este daño es debido a la aplicación possiembra del herbicida a base de oxifluorfén (Koltar). Hasta los actuales momentos no se han detectado daños considerables al cultivo.

Semilleros
La realización del semillero o almácigo es una práctica necesaria en la producción de muchas hortalizas, debido a que las semillas son muy pequeñas, necesitan cuidados especiales para lograr una efectiva germinación y posterior manejo de las plántulas.


Por ello, se dedica este capítulo al tratamiento de los distintos factores a considerar en la construcción, utilización y manejo de los semilleros con fines de producción hortícola.
La producción de planas en el semillero presenta ciertas ventajas, entre las cuales se encuentran las siguientes:


Los semilleros pueden ser ubicados en las cercanías de la vivienda del agricultor, lo cual le permite vigilarlos con mas frecuencia. Se utilizan estrictamente las cantidades necesarias, lo cual constituye un ahorro de semillas. Existen mayores posibilidades para defender a las plántulas de malezas, plagas y enfermedades.


Se puede seleccionar el material que se va a trasplantar, lo cual representa un aumento potencial de la producción y una mayor uniformidad de las plantas en el campo.

TIPOS DE SEMILLEROS


Los semilleros más utilizados son: levantados y pocetas.
Levantados 
Son franjas de terreno, con una capa de tierra de 10 a 15 cm sobre el nivel del suelo. Este tipo de semillero o almácigo tiene la ventaja que en los sitios donde existe una alta precipitación, las plántulas no sufren por aguachinamiento. Se pueden construir con una estructura de bloques o simplemente levantado la cama del semillero.
Pocetas 
Este Tipo es el mas común en las regiones semiáridas del país (Valle de Quibor, Siquisique, alrededores de Coro, etc). Este semillero permite el riego por inundación, manteniendo una humedad adecuada en el suelo.

INSTALACIONES DE SEMILLEROS


Ubicación
Lo más recomendable es ubicarlos cerca de la casa del agricultor y donde haya suplencia de agua para el riego; se debe elegir un suelo con bajo contenido de sales, libre de malezas y buena fertilidad.


Dimensiones
Estas dependerán del tipo de semillero que se construya:
Levantados: estos se hacen generalmente al final de la época lluviosa (Aragua y Carabobo), su estructura permie el escurrimiento del agua, lo que trae como consecuencia una incidencia menor de enfermedades, al no haber un exceso de humedad en el suelo. El largo más conveniente es de 10 m y el ancho de 1 m, dejando 50 cm de calle entre semillero y semillero para el paso en labores de riego, desmalezado.


Pocetas: con este método se facilita el riego por inundación y se conserva mejor la humedad de la superficie del semillero. La longitud puede variar entre 2 y 3 m y la ancha entre 1 y 1,5 m,
Estructura


Para obtener un suelo con suficiente porosidad, se debe hacer una mezcla de tierra, arena y estiércol. La proporción dependerá de las características del terreno donde se construya el semillero.


Desinfección
Las enfermedades mas comunes en los semilleros de hortalizas son las conocidas como “sancocho” y “pata negra”, causadas por hongos que habitan en el suelo. Los productos recomendados para la desinfección de los almácigos son:


Formol (Formalina 40%): se aplica en dosis de 1,5 litros en 50 litros de agua para 10 m2 de semillero. Se requiere de una coleta para cubrir el semillero, la cual se debe mantener húmeda por espacio de cinco días para luego retirarla, rastrillar y sembrar. Este producto es efectivo contra hongos y bacterias.


Basamid (MDT): viene en forma de polvo y se aplica en dosis de 40 g/m2. Se debe aplicar uniformemente sobre la plataforma del semillero y mezclarlo bien con el suelo, apisonar ligeramente y dar un riego suave. A los cuatro días es recomendable dar otro riego, a la semana se rastrilla y se deja otros siete días para permitir su total aireación y eliminación de los restos de gases. Actúa contra hongos, malezas, nematodos, bacterias e insectos.
Bayer 5072 (Fenaminosulf): se recomienda su uso en la desinfección de suelos para semilleros en dosis de 30 a 60 g por cada 100 litros de agua. De esta solución debe aplicarse 5 litros/m2 al almácigo.


Fertilización
Luego de preparado el semillero es conveniente aplicar de 150 a 200 g/m2 de la fórmula completa 12-24-12, el cual debe ser incorporado al suelo antes de la siembra (lo más recomendable) o aplicarlo en los primeros días después de la emergencia de las plántulas.
Siembra


La semilla en el semillero puede ser distribuida de dos manera:
Surquitos: se abren pequeños surcos, separados a 10 cm entre ellos, la semilla se distribuye a lo largo del surquito. A los cinco ó siete días después de la germinación, se puede hacer un raleo de plántulas dentro de la hilera con la finalidad de “aclarear” el almácigo.
Voleo: en este caso la semilla se distribuye lo más uniformemente posible sobre la cama del semillero.


Cobertura
En esta práctica muy importante en el logro de buenos semilleros para el trasplante, y consiste en aplicar una cobertura al semillero después de la siembra. Esto evita la desecación del suelo, manteniendo por mas tiempo la humedad en el mismo. En el Campo Experimental de Quibor, dependiente del Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado Lara, se han logrado muy buenos resultados con el uso de la cáscara de arroz, aserrín y polvillo o arenilla de río. 


Una práctica recomendable, cuando se hace la siembra de la semilla y exista peligro de lluvia, consiste en cubrir toda el área de semilleros con algún material inerte (hojas de cambur, plátano, pasto, etc) que impida el impacto causado por gotas de agua que dejan al descubierto la semilla.

Riego
En general, las raíces de las hortalizas son muy superficiales en los primeros estados de crecimiento, por lo que la suplencia de agua debe ser continua para conseguir un óptimo desarrollo de las plántulas. En las regiones frescas, con un riego en la mañana es suficiente. Mientras que, en las regiones muy cálidas, se hace necesario regar dos veces al día. La frecuencia de riego en el semillero se establecerá de acuerdo con el tipo de semillero, de la especie sembrada y de las condiciones climáticas.


Semilla
El éxito de una explotación hortícola empieza con la selección de una buena semilla, es decir, con un alto porcentaje de germinación (90% óptimo) y buena adaptabilidad a las condiciones agroclimáticas del área donde van a ser sembradas. Allí radica la importancia del estudio de los materiales importados en nuestras condiciones. La semilla sobrante después de la siembra, debe ser almacenada en cavas a 9°C y humedad relativa de 40% en un sitio fresco y seco, donde pueden permanecer por períodos más o menos largos sin perder su poder germinativo.


Densidad de Siembra
Si la población de plantas en un almácigo es excesiva, éstas crecen raquíticas y débiles debido al efecto de la competencia, ocasionando un porcentaje bajo de “pega” en el campo cuando éstas son trasplantadas. Por el contrario, si la densidad es muy baja, se obtienen buenas plantas para el trasplante, pero se requiere de un gran número de semilleros para sembrar una hectárea. Es, por lo tanto, de gran importancia conocer la densidad óptima de siembra para cada hortaliza en particular.


Endurecimiento de las Plantas
Esta es una práctica de gran importancia en el semillero y se hace con la finalidad de controlar el crecimiento de las plántulas (tomate y pimentón) para lograr un aumento en el contenido de carbohidratos. El endurecimiento se logra reduciendo el riego antes del trasplante y aplicaciones del sulfato de cobre en dosis de 1 g/litro de agua. 


Ello permite:
Obtener plantas mas resistentes a la sequía.
Retardar la formación de nuevos brotes, ya que las reservas de carbohidratos son utilizadas para la formación de las raíces.
Plantas mas resistentes al trasplante y al almacenaje antes del trasplante.


Actualmente se está manejando la tecnología de producción de plántulas en bandejas, especialmente de materiales híbridos de tomate y pimentón. En el agronegocio venezolano, están disponibles los recipientes de diferentes tamaños y número de receptáculos donde se siembra la semilla y el sustrato que sirve como soporte para el crecimiento de las pequeñas plantas. 
Con las plántulas obtenidas bajo este sistema se logra un 100% de “pega” en el campo y un arranque vigoroso y rápido.

Trasplante
En la mayoría de las hortalizas las plántulas están listas para ser llevadas al campo entre la tercera y cuarta semana después de la siembra. En el caso de la cebolla, el trasplante se hace a los 40 ó 50 días después de la emergencia.


Fuente: INIA.